Para mí era incompresible como un ser que era puro Amor tenía que vivir esa experiencia tan dolorosa.
Me forme en escuelas católicas en donde me enseñaron a conmemorar la Pasión de Cristo y también a perdonar como Jesús perdonó....
Pero yo no entendí en ese momento el Perdón.
Creía que había que perdonar a todas esas "malditas personas" que crucificaron al Hijo de Dios, porque había que hacerlo y seguir las enseñanzas del Maestro...
Por años decía, perdono pero no puedo olvidar el dolor y daño que le hicieron a Jesús ....Si yo hubiera estado ahí lo hubiera defendido...
Años después comprendí que si hubiera estado ahí, hubiera hecho lo mismo.....
O juzgar a Jesús, o juzgar al Sanedrin o Juzgar a Dios....
Por años me dije, Como un Padre va a hacerle eso a su Hijo amado!!!
No lo podía comprender ....
Y luego me venía la culpa!!! Como yo iba a Juzgar a Dios??? Quien era yo para cuestionar sus designios???
Y me sentía peor y peor, hasta que decidía olvidar el asunto...
El cual volvía a mí mente al llegar la próxima pascua y otra vez el mismo sentir y pensar....
Muchos años después llegó a mí vida el libro "Un Curso Milagros" y ahí poco a poco comencé a comprender más el mensaje que mi amado Maestro Jesús nos quiso enseñar con la crucifixion.
Luego, gracias al trabajo de meditación, sanación y despertar personal, aprendí a identificar las dos voces en mí cabeza, la voz del ego y la Voz del Espíritu Santo, lo que me permitió poder comunicarme con Dios y comenzar a dialogar con El.
Para mí gran sorpresa, descubrí que la crucifixion fue la más grande enseñanza que Dios nos enseñó por medio de Jesús.
"La crucifixion es el símbolo máximo de la proyección del ego humano".
Queee? Que es eso?
Los seres humanos nos estamos proyectando continuamente en el otro, vemos en el exterior lo que hay en nuestro interior.
Es decir, vemos en las demás personas aspectos de nosotros mismos que no reconocemos como propios, ya sean defectos o virtudes.
De esta manera, evadimos hacernos responsables de nosotros mismos para culpar a los demás y justificar el ataque, alimentando continuamente el sentimiento de víctimas del destino.
Este es el juego del ego..
Un ego que es el que gobierna en este mundo gracias a su sistema de pensamiento basado en la creencia en la separación...
El ego te hace creer que lo que ves en otro no tiene nada que ver contigo, por lo tanto, hay que juzgarlo y condenarlo...
Y eso es lo que demostró Jesus, como se proyectaron en El cuando lo juzgaron de mentiroso, hipócrita, ladrón, blasfemo y no se qué cuántas cosas más...
Cada una de las personas que lo juzgó no lo vio a El, se vieron a si mismos.
Jesús sabía muy bien que el no era nada de eso, el sabía que era Amor, y sabía que cada uno de nosotros también somos Amor porque fuimos creados por el mismo Creador.
Jesús también tenía bien en claro el rol que cada uno de nosotros tiene que jugar en cada historia, un rol que muchas veces lo condenamos y juzgamos porque no es el rol del 'bueno" .
Parte de nuestro aprendizaje es integrar y darnos cuenta que el Héroe no existe sin el villano y que todos somos parte del TODO.
Sin Judas, Caifas o Poncio Pilatos nunca se hubiera desarrollado la historia ( y yo que los llamé malditos tantas veces...)
Cuando caemos bajo la influencia del ego caemos en la separación y en la proyección, olvidandonos quienes somos verdaderamente...
Padre, perdonanos porque no sabíamos lo que hacíamos....
La crucifixion fue un símbolo extremo de lo que hacemos diariamente con cada uno de nuestros hermanos y con nosotros mismos.
Cada vez que juzgamos y condenamos , sea la razón que sea, estamos crucificando a aquel que estamos juzgando y no estamos comprendiendo para que hace lo que hace...
No estamos comprendiendo el rol que está desarrollando en la historia.
Si estás juzgando estás escuchando al ego y no estás escuchando a Dios que si sabe que rol cumplimos cada uno de nosotros....
Es hora de bajar de la cruz dejando el juicio de lado ignorando la voz del ego.
Es hora de resucitar al Ser que solo escucha la Voz de Dios, la Voz del Amor...
Esta fue la más grande de las enseñanzas...
Gracias, gracias, gracias