Había una vez un niño y una niña. Ambos eran amigos entre si. El niño de familia adinerada y la niña de familia muy humilde. Y si bien eran de realidades económicas diferentes Ambos niños crecieron con la misma necesidad: que les sirvan su taza de leche.
Estos niños eran testigos mientras
esperaban su tasa de leche situaciones de violencia y conflicto entre sus
padres que se reclamaban entre ellos quien le sirve la tasa de leche a quien. Todos
los días se repetía la misma historia, los niños esperan que le den su tasa de
leche y esperan y esperan mientras sus padres pelean, se reclaman, discuten una
y otra vez y nunca sirven la tasa de leche……
Los niños crecieron, se enamoraron y se
casaron …..
Con el tiempo comenzaron los roces entre
ellos, los conflictos y los reclamos para ver quién de los dos le sirve la tasa
de leche al otro….. tuvieron hijos ….. y
la historia se repite….. los hijos esperan que sus padres le sirvan una tasa de
leche que sigue vacía…..
Pasan generaciones en el mismo círculo,
generaciones que siguen esperando que “Alguien” les prepare y les de la tasa de
leche……
Hasta que llega un día un descendiente que
se despierta y deja de esperar….se levanta, se prepara y se sirve la tasa de
leche!!
La tasa de leche es el amor, el reconocimiento,
la valoración, la nutrición que seguimos esperando y exigiendo que nos la de el
otro, cuando lo único que tenemos que hacer es generarlo en nosotros mismos, es
decir levantarnos preparar y servirnos nuestra propia tasa de leche…
María Martha de Benito
Mensajes desde el Origen

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